Si no has oído hablar de la chalk paint o “pintura a la tiza”, seguro que la has visto. Es esa pintura tan de moda en cafeterías y mercadillos vintage que permite dar un aire moderno y muy vistoso a nuestros muebles viejos. ¡Ojo, no te confundas con el decoupage!
La ventaja de la pintura a la tiza frente a otras pinturas para muebles es que no es necesario lijar previamente el mueble. Esto ahorra tiempo y costes. Únicamente hay que aplicar una capa de pintura a la tiza con brocha o rodillo y dejarla secar hasta que esté mate (unos 15 min.).
Si queremos dar un aspecto envejecido a nuestra creación, podemos lijar suavemente los bordes y crear efectos como estos:
Recuerda que debes encerar o barnizar para dar un acabado perfecto a tus muebles y dejar secar. El proceso completo suele llevar unos noventa minutos, aunque depende del número de capas que demos y el tamaño del mueble.